Enseñar a pescar es mejor que dar pescado.
Cuentos para pensar.
Un maestro sufí tenía la costumbre de contar una parábola al terminar cada lección, pero los alumnos no siempre entendían el mensaje de la misma.
- Maestro – le dijo en tono desafiante uno de sus estudiantes un día -, siempre nos haces un cuento pero nunca nos explicas su significado más profundo.
– Pido perdón por haber realizado esas acciones – se disculpó el maestro-, permíteme que para reparar mi error, te brinde mi rica manzana.
– Sin embargo, quisiera agradecerte como mereces. ¿Me permites pelarte la manzana?
– Sí, muchas gracias – se sorprendió el alumno, halagado por el gentil ofrecimiento del maestro.
– ¿Te gustaría que, ya que tengo el cuchillo en la mano, te lo corte en trozos para que te sea más cómodo?
– Me encantaría, pero no quisiera abusar de su generosidad, maestro.
– No es un abuso si yo te lo ofrezco. Sólo deseo complacerte en todo lo que buenamente pueda. Permíteme que también te lo mastique antes de dártelo.
– ¡No maestro, no me gustaría que hicieras eso! – se quejó sorprendido y contrariado el discípulo.
El maestro hizo una pausa, sonrió y le dijo:
– Si yo les explicara el sentido de cada uno de los cuentos a mis alumnos, sería como darles a comer fruta masticada.
Desde mi infancia tuve muchas personas a mí alrededor que me enseñaron a ganarme todo lo que yo quería. Me enseñaron a “pescar”. Al igual que ayudó mucho, el amor que siempre he tenido a realizar, estudiar, principalmente, aquello que ayudará a amarme. A sentirme y llevarme excelente conmigo misma, y con las demás seres. Hasta el sol de hoy, no recuerdo aun, quien me haya regalado “el pescado” de hecho ni mis padres, que eran los que podían hacerlo, no lo hicieron.
ResponderEliminarVivo agradecida, y seguro viviré agradecida eternamente, con Dios y con todas esas personas que me enseñaron a luchar, laborar, ganarme con el sudor de mi frente y dignamente, lo que yo quería; por lo que me libraron de desarrollar sentimientos, actos, estados muy desagradables y que siempre he rechazado para mi corazón como la envidia, celos desmedidos, rabia, resentimientos, odios descarados, sufrimientos innecesarios. Al igual que actos como el de ser vividora, vaga, perezosa, ser dueña de lo ajeno. Uffff, de que cantidad de cosas desagradables me libraron, y que si hubiese querido, perfectamente hubiese elegido esta opción de vida, hubiese desarrollado en mí, hábitos de los que ahora mismo estuviera muy arrepentida, ya que la vida se me hubiese convertido en un caos, seguro más complicada, que la que han tratado de hacerme llevar preciso, personas rebeldes, que subestiman sus habilidades, por lo que rechazan a toda costa, ganarse las bendiciones de Dios.
A nivel profesional, social, familiar, he compartido a muchas personas de todas las edades, esta maravillosa opción de vida, el de ganarnos las bendiciones de Dios, con disciplina, esfuerzo, empuje, valentía, acción, amor, humildad, confianza en el todo poderoso y en las habilidades, dones, esencia que nos ha concedido él, a todos los seres, de una u otra forma.
Soy testigo eminente de que no hay ninguna mejor forma para lograr bendiciones del universo, que esmerarnos con amor por lograrlos, colocando la cuota que nos corresponde. A nivel integral, me ha beneficiado en gran manera, más sin embargo, con gran compasión digo… no todas las personas lo ven desde un punto de vista positivo, por lo que hoy puedo decir, que pese a que he evitado, y aun evito tener enemigos y conflictos en mi existencia, ha sido imposible no tenerlos a veces, no porque haya querido, sino porque así se han considerado, y lo han considerado tener, aquellas pocas personas(gracias a Dios, pocas, que así sea Dios) que definitivamente su libre albedrío, habilidades, alma y esencia, lo han querido, mal aprovechar, como si etapas como la adulta y vejez, en unión con la consciencia-alma, Dios mismo, no cobrara factura por todo lo que hicimos, permitimos nos hicieran, y dejáramos de hacer.
Entre tantas personas, las cuales les he compartido, no solo el conocimiento, de que las bendiciones del universo, hay que ganárselas; también los he enseñado a cómo hacerlo. Muchos los han puesto en práctica, al igual que me esmero por también hacerlo, y nos ha ido de maravilla, pero algunos, definitivamente no les importa en absoluto, aprovechar una de las mejores claves del éxito y victoria que podemos lograr frente al universo, a Dios.
Conocimiento y actuar, y de hecho ley, que está muy lejos de ser mía; porque ni el alma que soy es totalmente mía, porque hago parte del universo, como todos. Simplemente lo que hago es divulgar y esmerarme constantemente por aprender, practicar y compartir con amor y humildad, consciente de los posibles inconvenientes, (como mucha personas más) una de las tantas leyes divinas que es: desarrollar mediante la práctica, y la difusión, el conocimiento divino, cooperar a nuestros semejantes para que aprendamos unidos, a disfrutar, y saber ganar, las bendiciones del universo. ES TODO.