lunes, 24 de diciembre de 2012

Feliz Navidad a las buenas gentes del Mundo.

 
Feliz Navidad

 A los culpables, a los corruptos, a los indiferentes, a los insolidarios, a los mentirosos, lo único que les deseo es que se intoxiquen con una ostra justiciera


A los que luchan por la dignidad de todos. 
A los huelguistas de la sanidad pública,
 a los combatientes de la marea verde,
 a los investigadores y científicos que no quieren emigrar,
 a los trabajadores de Canal Nou, a los de Telemadrid, 
a todos los periodistas que no han renunciado a su oficio, 
a los voluntarios que paran los desahucios,
 a los jueces que se niegan a que la justicia se convierta en un privilegio,
 a los farmacéuticos que se saltan la ley a la torera,
 a los que trabajan gratis en cualquier sector para mantener en pie los servicios que este Gobierno está arrebatando a los ciudadanos cuyos intereses debería proteger, 
a los que se movilizan, a los que se indignan,
 a los que protestan por ellos y por los demás.
A los pequeños héroes de la vida cotidiana.
 A los pensionistas que mantienen a sus hijos en paro con una pensión raquítica.
 A los abuelos que esta noche cenarán una tortilla francesa para que sus nietos no se queden sin juguetes. 
A las cocineras que harán milagros con el dinero que hace poco se gastaban sólo en turrón. 
A los que cantan y bailan con un sapo atravesado en la garganta. 
A los que van a contribuir a encender las luces de sus casas con la miseria que cobrarán el 8 de enero por veinte días de trabajo temporal, sirviendo mesas o empaquetando regalos.
 A los que recuerdan Navidades mucho más pobres, y se extrañan de que éstas nos den tanto miedo.

A los que lo están pasando mal.
 A los que no tienen trabajo, 
a los que no ven la luz,
 a quienes no duermen por las noches,
 a quienes sienten que les han robado el futuro.
 A todos ellos, cualquiera que sea el significado de esas palabras en este año maldito, feliz Navidad.

 A los demás, no. 
A los culpables, a los corruptos, 
a los indiferentes,
 a los insolidarios,
 a los mentirosos, 
lo único que les deseo es que se intoxiquen con una ostra justiciera. 
Ojalá.
 Fuente:

 

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